jueves, octubre 11, 2012

Que no juega ...



Que es lo que tenemos los ecuatorianos cuando estamos en el extranjero que nos juntamos alrededor de una comida típica y nos da por invitar a todo el mundo y celebramos los cumpleaños de un amigo con una energía que desborda el pequeño plato que contiene más que solo los buenos augurios y las bienaventuranzas.
Cantamos el desafinado coro del “happy birthday” y nos creamos nuestra propia “ONU” con los amigos que vamos haciendo en cada esquina de la ciudad que recorremos, que ya no nos importa la barrera geográfica pues ya fue rota desde el primer "hello" o desde el primer "look back". Y coreamos en diferentes tonadas contagiando los decibeles de tal modo que al final uno agradece el tiempo vivido y el camino avanzado.
Y los amigos, esos pequeños regalos que uno reconoce, toman la forma de la familia que ha quedado algunos kilómetros atrás, como una réplica a escala globalizada y colorida. Entonces, es cuando uno comprende eso de la aldea global y la única raza sobre este paseo llamado “vida”.
Vida que me llamas …
Y los platos que han quedado sucios y la dueña de casa que nos ha mandado a bajar el estrepitoso sonido que la alegría convoca, no hacen más que incentivarnos para planear mejor la próxima puesto que las “penas con panas son más amenas” …
Thanks.
Y ahora que esto me recuerda a algo que se me ha cruzado por la cabeza desde hace rato ya ...
La ansiada felicidad no es mas que una dama, con aires de rey, instinto de alfil, cabezota de torre y desplazamiento de caballo, que en el momento que esta por llegar a nosotros, hábilmente salta  ... Arecife.

sábado, agosto 27, 2011


Ruta de las Iglesias: 
"10 Kilómetros no es nada..."



















O es mucho, como siempre depende del cristal con que se mire.  La genial idea que tuvieron hace poco mas de 7 años se ha ido consolidando y esta llegando a ser, hoy por hoy, otro de los grandes atractivos del Quito en verano.  Es que recorrer esas calles plagadas de historia, con el ambiente bohemio que marca el frío y el centro histórico mas bello de Sudamerica, en una jornada de fiesta deportiva viene siendo una cuestión de obsequio a tu espiritu citadino.
Comienza a las ocho, cuando la noche esta ya entrada en el horizonte, son como 6000 inscritos mas un contingente de colados, "me incluyo lo se", es que las inscripciones se acaban demasiado pronto, sin embargo la idea de participar, de este modo clandestino, había estado rondando, disculpas a los participantes por ajustar un poco mas la ruta. 
En la Santiago y América cerca del Hospital del Seguro y de la Universidad Central esta el punto de partida.  LLegar no es inconveniente esta vez, lo que si es un problema es mi escasa preparación, apenas baloncesto dominical y miércoles de semitrote por la Carolina que ponen en duda mi desempeño.  El frío impone su presencia en los atuendos deportivos, así que el calentamiento debe cumplir su cometido.  Mucha gente de diferentes rincones del mundo hacen acto de presencia y saludo con los que están a mi alrededor, no sin antes compartir experiencias y buenos deseos. Después del Himno a Quito, "Oh ciudad española en el Ande . . ." se escucha un griterio; por las pantallas gigantes se puede ver que la gente comienza a avanzar, marco mi cronómetro al pasar por la alfombra en el arco de inicio y empiezo la aventura.
La particular geografía del centro histórico hace que la ruta tenga muchos desniveles, algunas con una inclinación prominente como por la calle Mejía o por la Manabí, la gente se ha despertado y sale a motivarnos, el grito de Viva Quito! es recurrente y un singular apoyo, las bandas de pueblo tocan sus acordes que seguramente levantan la complicidad de la noche y las leyendas que se allán por estas estrechas calzadas, quien sabe si el Cantuña junto al Chulla Romero y Flores acompañados del Caspicara con el Padre Almeida se reunen para tomar un canelazo y contemplar como ha cambiado Quito y sus quiteños, seguramente dirán: "Difícil está reconocer quien es chagra y quien no ..." .

jueves, julio 07, 2011

Starry - Starry Night sobre Australia

Un timelapse realizado por Alex Cherney con música de Redmann, ganador del premio STARMUS de astrofotografia. Realizado durante algo como un año y medio, fotografiando la costa sur meridional en Australia y condensandolo a una  exposicion de tan solo un par de minutos.  Bautizado como "Ocean Sky", le hace honor a su nombre.


Ocean Sky from Alex Cherney on Vimeo.

domingo, junio 05, 2011



Quito - Ultimas Noticias 15K

Esta es una de las actividades emblemáticas de Quito, algo que tienes que hacer alguna vez en la vida si eres o te consideras un residente permanente de la "Carita de Dios", que de cuales actividades estoy hablando? Pues de esas que te hacen sentir que has pasado por la "Luz de América", de aquellas como por ejemplo: subir al teleférico avanzar hasta el Ruco escalar la roca y cruzar su inusual "Paso de la Muerte", o ir por el CicloPaseo desde el Parque de los Recuerdos hasta Quitumbe (29 km), o en el Chaquiñan desde Cumbaya hasta Puembo, o hacer Bungee Jumping desde el puente del Chiche o Puenting Nocturno desde la Gonzalez Suaréz, o escalar en el Rocodromo de la Vicentina entre tantas que ahora se me ocurren, esta bien: prometo poner una lista.
Entonces después de escuchar que un compañero de la empresa, con sus casí 50 años, había participado en la competencia, pues me apunté a hacerlo, ¡porque no!. Era una mañana, bien en la mañana, del 29 de abril, mas de un mes antes de la carrera que tendría lugar el 5 de Junio. El lugar mejor indicado para comenzar a prepararte es "La Carolina", este ya tiene su pista de trote o "Jogging" como le dicen algunos, con un recorrido de 3.8 km por vuelta, para esas épocas esta con mejor custodia policial, entonces ese día comencé con una circunvalación y media.
Ahí aparecen los dolores: que la planta del pie por no usar el zapato adecuado, que las pantorrillas, que la cintura y las rodillas, que es mejor calentar mas tiempo, en fin hay una clara muestra de que este deporte tiene su impacto, lo notable es que siempre al terminar los jugos de frutas y los desayunos son una recompensa bien ganada.
Ya con zapatos mas confortables con un mejor calentamiento con mejor actitud y con una meta en la mente, el trotar se vuelve un deporte reconfortante. Hay que ir tomando los tiempos para mejorarlos. En cada vuelta lo mínimo que logre hacer es 20 minutos y en resistencia, pues 3 circuitos y un poco más, hablamos de casi 12 km en un tiempo de 1:12, aquí debo mencionar que mi objetivo no es competir mas bien es participar en esta cita atlética.
Por otra parte es recomendable alternar el trote con otro tipo de ejercicio pues las rodillas sufren el golpeteo y eso puede perjudicarte a lo largo, has visto como Rocky para boxear entrena de todo, te aconsejo: ciclismo, natación, caminata en la montaña etc. El ciclopaseo de los domingos es un buen pretexto. Para llegar, desde casa, hasta la estación final (Quitumbe) me tomó 1:14 minutos en la marcha mas fuerte y sin bajarse a empujar la bici en las subidas.  Al regreso alterné con un trayecto alrededor de la carolina al trote, como para que el cuerpo sepa en que disciplina es en la que va a participar.
Así transcurrió el mes, variando entre el deporte y el descanso, es interesante ver como hay cientos de gente, de todas las edades, que se mantienen en forma y mas aun con la proximidad de la competencia. Debes inscribirte y dos días antes de la carrera te entregan el chip y la camiseta con un sinnumero de consejos, eso te pone a pensar "en que me he metido", pero ya desde hace rato que la mente tiene super clara la idea de que no hay marcha atrás.
De ahí el día de la competencia es una experiencia increible, en realidad nunca supe si estaba preparado, comienza con el cruce, es que vivo al norte y la carrera empieza al sur de Quito en "El Comercio" y termina en el estadio Olimpico Atahualpa, entonces solo llegar es tortuoso pero en el camino vez a muchos otros con tu misma camiseta y seguramente con la misma emoción, tratando de arribar. Me acercan hasta la Tnte Hugo Ortíz y Ajavi, porque muchas calles están cerradas y es dificil dejarme en el punto exacto, además que son 13352 inscritos de los quince mil cupos, esto es de ayuda pues sabes a quien seguir: todos van al mismo punto de partida.
Llegando a la Maldonado vez una multitud de gente, la gran mayoría haciendo ejercicios de calentamiento, el olor a Linimento esta impregnado en el aire y hay servicios higienicos al costado, me apresuro a la cola de unos de ellos, que esta larga por cierto y alivio en parte mi nerviosismo.
Ahora si un estiramiento, un calentamiento, un desamortiguamiento y a acomodarse lo mas cerca que puedas del inicio, solo consigo llegar hasta un rótulo que dice "mas de 1:40" para adelante es imposible avanzar, suena el Himno Nacional que es coreado por todos y el grupo comienza a moverse, imagino que hubo un disparo pero no se alcanzo a escuchar por acá, poco a poco se genera espacio por donde puedes incrementar tu velocidad hasta que llegas al punto de partida donde debes pasar pisando una alfombra roja, eso te hace sentir importante, mucho Hollywood creo. Aquí el chip marca tu tiempo de inicio,  la gran carrera ha comenzado.  La idea es tratar de mantener un ritmo constante, aunque la gente te pase y mira que te pasan bastante. En el camino eres altamente motivado por las personas que han salido a verte, que aplauden y alientan tu espiritu, bandas de pueblo en la ruta parecen darle ambiente festivo, avanzamos hasta llegar a la "rompe corazones" una cuesta desde el Machangara pasando por la Recolecta y el Ministerio de Defensa para empatar con la Venezuela (todo esto por el centro histórico) que se ha ganado su reputación debido a su inclinación y no es para menos, la gente comienza a caminar y ahora es cuando las distancias se van marcando, comienzo a rebasar. Sales del centro histórico y el agua que en el camino no la habia aceptado es un bien preciado que de a poco refresca, hay que consumirla con cuidado. Llegando a la 6 de Diciembre y Orellana alcanzo los 11 km y sé que hasta por aquí están mis límites de entrenamiento, los otros 4 son cuestión de ñeque como dicen. Frente a mi un enorme marejada de corredores que avanzan, detras lo mismo pero que me alcanzan. Cruzo con convicción hasta el Estadio Olímpico y arribo a la meta donde está otra alfombra roja registrando tu llegada, el sabor de haberlo hecho es inigualable, 1:33 marca mi cronometro y me siento satisfecho. De ahí tengo que devolver el chip me entregan mi medalla y una bolsita con mutiproductos.
La ocasión ha sido grande, la meta alcanzada, en mi interior se me ocurren cientos de analogías con la vida y las palabras que en este estadio alguna vez coree: "Si se puede".

miércoles, junio 18, 2008

Bicicleta Urbana con GPS

De Bicicleta por Madrid.

La propuesta es sencilla, tomas tu GPS por una ciudad que no conoces, después de tu previo recorrido turístico por algunos sitios que debieron recomendarte, desde ahí ya vas geo referenciando y guardando en la memoria del GPS conforme los conoces. Luego al siguiente día o cuando tengas acceso a una bici marcas el sitio donde estas hospedado y a recorrer se ha dicho, no importan las calles ni la ruta que tomes el hecho es visitarlos en bici y explorar esa ciudad, donde por ser foráneo tu sentido de orientación se halla desconectado, importante llegar a todos los sitios y retornar con el típico cuidado que mantiene uno al andar en bici.

La oportunidad se me presento en Madrid, algunos días antes había marcado la Puerta de Alcalá, el monumento a la Diosa Cibeles el parque del Retiro y estaba muy alejado el sitio donde mi amigo me dio posada. Aquella mañana me sacaron rápido de la cama, pedí prestado la Bici marque el sitio donde estaba y ha conocer la ciudad. Madrid es un sitio singular, confluye mucha cultura latinoamericana así que no te sientes tan extraño, las calles y las plazas son amplias y en sí es una ciudad plana por lo que no se tiene problema en ir con este locomotor. Lo interesante consistió en ir por un sitio y regresar por otro completamente distinto, tu sabes, hacer tu propio camino al ciclear y ahí se me abrió la urbe como pocos pueden llegar a conocer: parques, barrios aniñados, sitios turísticos, plazas, monumentos, ferias, gente diversa etc. Te lo recomiendo.

domingo, marzo 18, 2007

A mas de 5000msnm.
Illiniza Norte.
Hora de encuentro: 5 de la mañana, entonces debía salir de mi casa al menos media hora antes, en
el camino me voy repitiendo el sueño que tengo, pero no importa, el objetivo, pienso, merece el esfuerzo. En la ruta por donde vamos (panamericana Sur) se avizora un buen clima, sin embargo, constan en mi equipo: pasamontaña, guantes de nieve, gafas, chompa impermeable y otros por si los Illinizas se muestran inclementes, el respeto a la montaña es una lección aprendida por convicción.

En Aloag una llanta pinchada pone en apuros a nuestro conductor, pero nada que no se resuelva fácilmente. Ya se ve la luz del día al menos en parte del camino. Desviamos por Aloasi con rumbo al Chaupi, por donde los letreros son claros e indican que vamos correctamente a la Reserva Ecológica Illinizas. El camino empedrado no es obstáculo para nuestro transporte. Entonces en la entrada y junto a un gran cerro (Pilongo) se detiene, es tiempo de bajarnos. El Illiniza Sur luce imponente desde aquí. Preparamos nuestra modesta mochila y otro integrante del grupo de once armado con un reloj con altímetro que solo le ha costado 900 y pico de dólares, dice que estamos a 3000msnm. chuta, “nos faltan solo dos kilómetros para llegar a la cumbre” parecen decir algunos; ya son las 7:40 am. Entonces tomamos el camino por donde todavía pudo haber pasado el carro y pregunto ¿Por qué no subió mas la buseta?, “para no tener problemas con la altura”, escucho decir, me conformo con la respuesta y vuelvo a la fila india que avanza a paso seguro y de esto ¿Porque la fila india?; para que el que va al inicio vaya rompiendo el aire y lo haga más suave para los de atrás, “cierto como no se me ocurrió”.

En una hora estamos en el sector de la Virgen, claro que como hemos cortado camino no la vemos, este es, según dicen, el punto mas alto que puede llegar un carro, sin embargo un poco más arriba encontramos un Vitara estacionado que dice lo contrario, después de este, el camino para automotores se ha perdido; ahora estamos por senderos para caminantes desde donde ambos Illinizas se muestran mágicamente blancos en sus cumbres, debió estar muy baja la temperatura por allá para que estén así.

Continuamos subiendo y el camino se torna más y más empinado, a ratos pienso que esta va a ser la última vez, el esfuerzo es latente y me vuelvo generoso con la comida por tratar de bajar en algo el peso. “Detrás de ese cerro esta el refugio” nos dicen, a propósito que el refugio esta en la mitad de ambos Illinizas, pero de la subida por esta arista de casi 80 grados por este arenal nadie menciona nada. De cualquier forma y luchando contra mí, avanzo, una cuesta que a aquella subida del parqueadero al refugio del Cotopaxi no le hace ni cosquillas, aparece un sitio con una inclinación razonable donde un trecho marcado con las huellas de otros andantes me llevan al refugio, no se imaginan el placer que es llegar a este sitio para esperar que el resto del grupo arribe, miro la hora y son las 11:30am.

El refugio “Nuevos Horizontes” es pequeño en extensión, un conjunto de literas, una cocina, algo descuidado pero confortable. Comemos algo no mucho por supuesto porque aun estamos a mitad de camino, nuestro compañero del altímetro nos dice que estamos a 4600msnmn. solo faltan 500 metros. Nos volvemos a preparar, las gafas ahora son necesarias hay mucha nieve por doquier.

Ahora vemos la cumbre y se la ve tan pero tan lejana y agreste, el paso es suave y vamos serpenteando entre ambos Illinizas, siempre subiendo pero no con una inclinación prominente, alcanzamos a divisar una laguna de un color verde que lleva como nombre “amarilla”, muy pintoresca por su forma, pregunto la altura y me responden 4750 y ya hemos caminado un largo trecho, seguimos con cuidado pues los abismos aparecen en cada sector de la ruta, escalamos por las rocas no muy firmes, los pies se hunden en la nieve hasta las pantorrillas, el cuerpo se mantiene caliente con el esfuerzo y la altura se va sintiendo: ¿Que tan alto estamos? “A 4820”, “no puede ser si hemos subido bastante, esa máquina debe estar dañada”. Rodeamos un pico y una de las integrantes ya quiere abandonar el asunto, no se lo permitimos y le damos ánimos entre todos, el guía se detiene para ayudarla y me dice que avance, “Por donde” le digo, “solo sigue las huellas” responde, entonces tomo la punta y subo y trepo y escalo y continuo, puedo ver la punta, esta difícil llegar pero no importa me faltan pocos metros, el esfuerzo es increíble y llego a la cruz, al tope y grito “estoy en la cimaaaaa” a 5100msnm, son las 2:45pm y la alegría me hace olvidar la sacada de madre.

Poco tiempo tomamos en la cima, todos complacidos, un granizo endeble comienza a caer así que es mejor irnos, no volveremos al refugio así que tomamos un arenal, se le ve sencillo pero la nieve lo hace dificultoso, una maleta baja por sus propios medios agarrando mas y más velocidad, es que la dueña se canso de cargarla y la envió camino abajo, el descenso es acompañado del granizo que no calma y otra vez vuelvo a pensar en que esta es la ultima vez que vengo a estos menesteres, debe ser porque las piernas protestan por los continuos tropiezos y los guijarros que tengo incrustados en la planta de los pies, el frío se cuela por las partes que me ha mojado la nieve.

Al fin llego a una especie de planicie donde el granizo a menguado, limpio mis zapatos del material pedrusco mientras el agua y un poco de chocolate parecen reanimar las fuerzas del grupo. Desde aquí la ruta es sencilla siguiendo un riachuelo para terminar junto al “Pilongo” a eso de las 6:45pm. Intensos los sabores que han cruzado por mi mente, ya el regreso es cuestión de un par de horas en el bus que dormido ni se sienten, pero este es el cansancio preliminar de un profundo sueño de esos que tanta falta me hacen hoy por hoy, mientras tanto voy imaginando, con ilusión, a donde será la próxima . . .

miércoles, enero 03, 2007

Rafting en el Pastaza.
Desde Baños partimos temprano en la mañana, a eso de las ocho y media del amanecer. Para un trío de amigos, que disfrutó de la rumba hasta altas hora de la madrugada en esta sugestiva ciudad, estaba todavía oscuro; es que Baños, la puerta a la aventura junto a su Tungurahua flameante con lahares y todo, sus precios económicos su ambiente calmo y de bienvenida junto con su clima y geografía mas el jugo de caña e infinidad de posibilidades, son una invitación para los deportes extremos. La mejor idea es partir desde el sábado por la tarde desde la capital, hacer un alto en Latacunga y sus legendarias chugchucaras, que últimamente han subido mucho de precio: carísimas, llegar, pasar la noche y disfrutar del hospedaje de esta gente que hoy por hoy tiene en el turismo una gran entrada. Pero mejor sigamos con lo que comenzamos, el transporte te lleva una hora vía al oriente cruzando por el verde país, sus túneles sus cascadas, sus ríos, en fin toda esa singularidad que poseen las rutas ecuatorianas. Veinte minutos mas allá de Río Verde y te encuentras con el Pastaza, limite provincial para la mayoría, un río de la amazonía para otros pero pa’ nosotros la oportunidad, única en su especie, de aventurar ese espíritu citadino tan adormecido por la rutina. El grupo es variado, un español, un bus completo de alemanes, par de ecuatorianos y los infaltables guías que hacen sencillo al asunto. El equipo consta de un termosuit (pa mantener el cuerpo caliente), chaleco salvavidas que fácilmente sortea ríos categoría 5 (el Pastaza es “3+” en lenguaje de rafting algo como el nivel de dificultad, cabe destacar que solo hasta ríos 4 es posible practicar este deporte) un casco, un remo y un bote. Un guía comanda cada embarcación, las indicaciones son indispensables, te enseñan desde un juego de ordenes básicas de direccionamiento hasta que hacer y como subir nuevamente a la embarcación. El trabajo en equipo, la coordinación, la templanza, son parte fundamental, todos juegan el mismo partido, entonces arrancas. El río se ve desafiante, el guía conduce por recovecos, piedras, rápidos más rápidos y rapidísimos. Clavas tu remo en el agua aunque en ocasiones remas en el aire, pues, el bote se alza o se tambalea por lo que cuesta mantenernos sobre él, incluso giramos 360 grados en la corriente como toreándole al Pastaza, pero no todos tienen la misma suerte, algunos van al agua y son rescatados prontamente, otros viran el bote con todo y expertos. Igual es un todo de adrenalina que te hace gritar cuando superas un trecho complicado o imaginarte en un barco de esos vikingos con el tambor y a remo limpio coreando el: “remen, remen ...”, en ciertas partes es posible tirarse al agua y deslizarte con la corriente junto al bote. El traje que llevas te mantiene a buena temperatura y no importa que por instantes llueva copiosamente en el trayecto o que de plano los del bote contrario te empapen, esto solo hace más intrépido al asunto, los entornos naturales que cruzas son increíbles, alrededor peñas, vegetación, el río serpenteando que forma vados, pequeñas playas, islotes por doquier. Poco más de dos horas toma el viajecito, luego de lo cual el lunch ofrecido es bienvenido, a estas alturas y después del esfuerzo, todo sabe delicioso. En corto tiempo regresas a Baños de Agua Santa desde donde empiezas las 3 horas y un algo mas hasta Quito, claro haciendo escala en las chugchucaras latacungueñas y si es posible en los helados empastados de “La Avelina”. Pero aun me quedo con la duda de ¿Cómo se les dice a los habitantes de la ciudad de Baños?: quizá Banenses, como nos dijo alguien o era Baneños o Bañenos o Bañenses . . .?

miércoles, abril 26, 2006

Kayak en el Quilotoa . . .

Partiendo de Quito por la ruta Latacunga –> Pujilí –> Zimbahua –> Quilotoa, atravesando un entorno andino de ensueño con cientos de parches (sembríos) que colorean los cerros y dan a pensar en un gran lienzo tridimensional, con picos montañosos de múltiples y desbordantes formas, a solo tres horas (en promedio) de viaje y por una carretera en buenas condiciones, se arriba al Volcán Quilotoa (3900 msnm. aproximadamente) la ruta constituye un lugar de singular belleza y encanto en medio de los Andes. De ahí te paras en el borde y contemplas, con asombro, una esmeralda incrustada en el fondo del cráter, es que el divisar esta laguna cuyas aguas cambian de color desde el turquesa hasta el azul profundo dependiendo de la posición del sol, con su diámetro de tres kilómetros y sus paredes verticales, es todo un espectáculo.
La comunidad que habita en los alrededores esta, hoy por hoy, encargada de
controlar y brindarte servicios, la entrada a la laguna es de un dólar, de ahí desciendes los 440 metros hasta el nivel del agua por un sendero muy marcado, con arenales que permiten deslizarte, arribando en poco mas de media hora a sus orillas.
La gente de la comunidad tiene varios botes, incluso uno es a motor con capacidad para ocho; en este se puede recorrer la laguna el costo es de 1,50 usd. por individuo. Junto a estos, en su muy particular muelle, encuentras
un grupo de kayaks. Tomamos uno para dos personas, nos armamos con los chalecos salvavidas y los remos entonces en ese momento: ¡A navegar por el Quilotoa se ha dicho!.
Hasta que integres un ritmo común el movimiento es zigzagueante,
después surcas el agua placidamente, su sabor es salado de origen volcánico no apta para el consumo y poco probable para la vida, claro que nuestra imaginación en ese silencio reinante, en el medio de la laguna, con el nivel del agua casi a la par y las burbujas que aparecen desde el fondo, con los picos del cráter contemplándonos y el viento que se deslizaba a ras, nos invitaba a considerar las hipótesis del monstruo del Lago Ness, o esa especie de ballena que no era sino un robot del Dr. Hell en la popular serie “Mazinger Z”, o en cualquier otro espécimen obra de la pantalla grande, culpémosle a esa psicosis de adolescente televisivo que se presenta en los ratos menos necesarios. Igual continuamos avanzando hasta llegar a la otra orilla, desde ahí el muelle era un punto a lo lejos, un breve descanso y nuevamente el retorno pero ahora si, con más calma. Algo más de una hora tomó este recorrido, realmente un deporte intenso y gratificante con razón lo practican tanto los extranjeros. El alquiler del kayak tiene el valor de un dólar por persona.
Para el retorno los arenales que te permitían deslizarte son un arma en contra de tu avance, es mejor buscar por rutas más firmes incluso existen lugares donde se puede escalar, claro con el cuidado que esto implica. La gente del lugar te ofrece mulas para subir solo a cambio de 5 dólares, muy capitalista se vuelve el asunto incluso las fotos en las que les pides que posen
como recuerdo, le ponen un valor de 25 centavos, siempre es bueno apoyar a la comunidad pero estos se pasan a ratos.
Si regresas por la misma ruta, la parada inevitable será en Latacunga y sus tradicionales chugchu - faces (spanglish chugchucaras tradicionalmente), de ahí el resto es la panamericana a escasa hora y media de viaje del lugar de partida, que particularmente se hace corto, debido a la memoria distraída y perdida en algún rincón del Quilotoa (diente de reina en quechua).

miércoles, marzo 29, 2006

Cuello Blanco de Luna.

Domingo 19 Marzo 2006,

Los preparativos inician temprano, aun a sabiendas que el paro indígena y su bloqueo de carreteras se retiró tan solo a recargar. El clima capitalino parece sonreír sutilmente y lo tomamos como “a nuestro favor”. Todos con ropa de montaña. Comida y transporte en orden, incluso una bicicleta, no esperada, es acomodada como se puede en el bus. El plan: partir de la tribuna de los Shyris, ir a la tribuna del Sur por más gente, de ahí a Tambillo ubicado en las afueras de Quito, que es de donde parte el ferrocarril.

Se cuenta como experiencia única, el recorrer los paramos andinos en la parte alta del tren, las rutas del viejo Alfaro; usualmente sale de Chimbacalle, pero en este tiempo, por cuestiones de mejora se ha movido a este sitio. Entre tanto hemos aprovechado para conocernos, todos fieles reflejo de una cultura tecnológico – estresante. La expectativa es grande la decepción también al ver un autoferro, algo como un bus para los rieles y la gente que lucha por al menos subir a su techo, nosotros intentamos lo mismo, entonces las palabras cortantes de los controladores envían para adentro a la mayoría, por supuesto ¡no a todos!, dos logran escalar burlando las ordenes. Arriba, una mar de foráneos, arropados cada quien a su estilo, todos luciendo amigables. Preguntamos a la gente que vigila él ¿Porqué no sale el ferrocarril a diesel eléctrico?; malhumorados nos inventan excusas. Cabe mencionar que desde que compramos los boletos jamás nos hablaron del autoferro, pero aquí no nos dejan opción. Es un desperdicio ver la gran máquina a un costado parqueada y aletargada.

La vista es magnifica, atravesamos valles quebradas y hacemos amigos de otras latitudes, la información de los sitios que poseen es ambigua, ellos esperan subir a una parte del Cotopaxi. En poco más de una hora arribamos al centro Recreacional el Boliche, allá es el punto de desembarco. A nosotros nos espera el transporte y una ruta previamente planeada. Los extranjeros no entienden bien donde se hallan, les doy una ligera explicación e invito a un par a que se nos unan, ahora el plan es salir de ahí, entrar por la parte sur del Parque Nacional Cotopaxi y subir al refugio “José Rivas”.

Decidimos por unanimidad abordar la parte alta del bus, para no quedarnos con ganas, algo que pinta una alma de chiva a lo que nuestra imaginación le da el “chiquichiqui tuuuuu”. El paisaje es mucho majestuoso por estos lados, a la izquierda el Rumiñahui y arribamos a la laguna del Limpiopungo, lugar privilegiado por sus gaviotas de páramo y sus curiquingues, el frío nos hace optar por el ingreso nuevamente pa’ dentro del transporte y mientras subimos al último sitio al que llegan los automotores comemos y nos alistamos para caminar hasta el refugio. Se lo ve cerca y la gente comienza a aparecer cubierta con todo lo que puede. Increíblemente el Cotopaxi tiene nieve desde muy abajo, como queriendo hacerle un quite al renombrado “calentamiento global”, la subida dista en altura apenas 300 metros, en teoría, las condiciones del terreno son las que hacen la diferencia, sus arenales cubiertos de nieve, lo alto de donde partimos 4500 m.s.n.m., la inclinación de casi 75 grados etc.

Uno por uno van arribando al refugio, cada quien a su velocidad, las fotos surgen como reconocimiento personal, entramos a conocer el lugar a 4800 metros de altura desde donde, gente con mejores equipos, intentan cotidianamente la ascensión a la cumbre, como ocho horas partiendo en la noche, nos cuentan. Disfrutamos del lugar y salimos rumbo a los glaciares, el clima nos regala una especie de granizo pero muy endeble que acompaña nuestros pasos. La naturaleza, en cambio, envía su mensajero a chequear el recorrido, un zorro que nos acecha con precaución. En el trayecto batallamos, como lo habíamos imaginado con la nieve, ¡ojalá las guerras fueran de este tipo!. Comenzamos el descenso hacia el bus y empieza a nevar, un espectáculo que de por sí es un premio a todos, el descenso no nos causa complicaciones mas de lo esperadas. En el bus mi bicicleta lista para lo que vino, el plan: bajar por esos caminos nevados hasta la gran planicie, la adrenalina inunda la visión y uno, con dos ruedas, se siente dueño del entorno. La paz y la quietud son solo rotas con unos frenasos y unos movimientos para esquivar lo agreste de la travesía. El silencio nuestro cómplice y libertad alrededor, nuestro regalo.

El bus llega poco después con toda la gente hasta donde lo espero, subo e iniciamos el retorno por la zona norte del Parque Nacional Cotopaxi. Atravesarlo fue indiscutiblemente una buena idea, vamos viendo los paisajes y sonriendo por todo lo acontecido. A la derecha el Sincholagua, frente a nosotros el Pasochoa, a la izquierda el Rumiñahui y detrás el mítico Cotopaxi (cuello blanco de luna en lengua ancestral). Saliendo aparecen dos caminos uno rumbo a Machachi otro a Sangolquí, como conocemos el primero lo elegimos, pero la temporada invernal a creado pequeños riachuelos que impiden el paso, entonces apostamos por el segundo que en una parte nos envía nuevamente por el camino a Machachi y después de un par de horas llegamos a la carretera principal, la panamericana.

Jornada increíble y completa la que se vive por esos lugares, conocerlos deja un sabor dulce en tu boca, la naturaleza siempre tiene la magia de hacernos querer volver a lo primario.

lunes, noviembre 14, 2005

T r e k k i n g

C o c h a s q u í - M o j a n d a.

" Febrero 2005 "

Siete de la mañana, un bus y un grupo de gente, algunos un poco tarde, pero a fin de cuentas listos, grandes expectativas mas rostros desconocidos, no es fácil confiar en extraños, con tanto que se escucha, no obstante los guías manejan varias formas de romper el hielo. Diferentes rincones nos acompañan, como siempre : oficinistas, financieros, universitarios, familias, niños, tibios, solitarios, azules, sonrientes, incrédulos etc. todos dispuestos a la aventura. Tomamos la panamericana mientras les explicamos la diferencia entre trekking (vocablo holandés = migraciones) y paseo, muchos no la encuentran, “ya van a sentirlo” sonreimos, ha pasado hora y media de conocernos entre todos cuando arribamos a Cochasquí, se siente la imponencia de la Cultura Quitu–Cara, nuestros ancestros supieron ubicarla con 15 magnificas pirámides truncadas, 9 de ellas con rampa, la historia conmueve a todos, sin embargo es difícil apartar el reflejo de Hollywood de su memoria, todos agarran su cucayo (comida de marcha), cargan su modesta maleta y emprendemos el viaje, otra parte de guías se adelanta con el equipo para acampar, en camioneta y por rutas más formales.

A pie se puede alcanzar niveles increíbles, cortar camino es parte del estilo, el grupo avanza sin problemas o resolviéndolos, que es lo mismo, saltamos quebradas, bordeamos toros, que parecen mirarnos con el mismo temor que nosotros, la naturaleza cambia desde los 3100 m.s.n.m que empezamos, bosques, pájaros, pajonales, los descansos paulatinos permiten recargar, sonreír, admirar los límites cruzados y preguntar: “¿Cuánto falta?” “dos horas” les digo y se conforman, en parte pero; ¡Aquí no es posible regresar! , el campamento esta armado en Mojanda Grande(Caricucha), solo nos permitimos llegar, lo sabemos desde el inicio.

Al principio había camino de herradura pero preferimos atajos, claro siempre procurando no dañar el ecosistema, ir en fila ayuda mucho, por intervalos nos detenemos y presenciamos el banquete de humanidad que surge, compartir la pequeña comida, que también llevamos, el dulce es importante y amigable a estas alturas, el agua un bien preciado, la solidaridad es cuestión de miradas, la careta social tan común en estas épocas, quedó unos miles de pasos atrás, no viajamos solos, contando estamos 25 pero nos rodea vida en todas sus expresiones.

15 kilómetros es todo el recorrido, que a ratos se vuelven leguas, sobre todo en las cuestas, llegamos por encima de los 4000 m.s.n.m. y empieza el descenso, ¿Cuánto falta? “dos horas” les digo, “pero eso dijiste hace dos horas”, a estás alturas no es el tiempo lo que importa sino el sitio, al fondo el Yanaurcu (cerro negro) y sé que estamos cerca, el paisaje ayudado por San Pedro se muestra espectacular, incluso las aves parecen disfrutarlo sobremanera, descendemos por pajonales cortando por un par de cerros y en el final de una arista, se muestra el Yanaurcu con todo su esplendor, abajo algo como una sombra en su base, es Yanacucha (laguna negra) espectacular a sus pies. De lo lejos que estamos bajamos a sus orillas, el silencio es solo roto con nuestra alegría acompasado con el clic de las fotos, ahora todos somos amigos - expertos en posar para 15 cámaras, ¿Cuanto falta para el campamento?, una vez más, “dos horas” les respondo, mejor no escucho los comentarios, se ve que lo disfrutan de cualquier modo, otro par de kilómetros y vemos el encanto de la laguna varón (Caricucha), su inmensidad nos obliga a saludarla y les contamos la historia del romance entre Imbabura y la Princesa Mojanda, el Colongal tiene su imponencia desde aquí, el campamento a la distancia en las faldas del Fuya Fuya (Fuyu = Nube) es una mancha de colores, pero, “cuestión de dos horas y listo” les repito, ya no me creen solo sonríen, continuamos bordeando la laguna y nos fascinamos ante su frío cristalino, realmente podemos entender porque este lugar es paraíso de shamanes, adoloridos, algo cansados, llegamos a la playita, lugar donde los guías nos invitan a estrecharnos en abrazos con todos, aplausos suenan y sueñan.

Hacer Trekking es siempre un desafío un compañerismo único, nada de competencia malsana “aquí todos llegamos”, como les repetíamos desde el inicio, el premio es la comida caliente, pa este frío de 3711 m.s.n.m. una buena carpa, un sleeping y una fogata más la noche de luna llena con su espejo hipnótico en el agua y solo ahí tan solo después de hacerlo, logras entender la magia que envuelve practicar este deporte, tus límites yacen aletargados de cansancio, pero tu fe en ti se vuelve del tamaño de los astros.

Artículo completo escrito a manera de homenaje a los

M a n a C u n g a y P a g.

jueves, octubre 27, 2005

M i n d o, pequeño pero grande

Octubre es un mes como pocos, lluvias en el clima ecuatorial, abruptos y sincopes, inicio de clases régimen sierra, de seguro lo percibimos como por – venir, genial mes de cualquier modo para iniciar una propuesta, una de ellas fue a la que accedí encaminando un grupo de gente hacia Mindo, un pueblito ecológico y muy por hoy dedicado al turismo, buena forma de celebrarme la vida.

Fueron dos las ocasiones, sábado 15 y domingo 23, el primero un grupo de 10 personas, fácil, accesible, manejable, el segundo 27 mas un medio futuro de la patria, se complica. El clima ecuatoriano tiene alma de mujer definitivamente, cuando quiere brilla y de que forma. Al llegar te recomiendo comprar los tickets en el centro de información: 3usd para la cascada de Nambillo, e inicias desde el parque central, caminas aproximadamente una hora y media o halas dedo para hacerlo corto y llegas al Santuario de las Cascadas, en este lugar esta una tarabita que cuesta 5usd. un poco de polémica surge por no saber si subirte o seguir, a eso sumale las explicaciones y problemas entre haciendas, es una lastima ver esto, te recomiendo avanzar, es más si eres audaz puedes encaminarte, estilo ilegal, te saltas el alambre de púas y corres, con cuidado de que no te cachen, por la hacienda, en este punto debes saber la ruta y el sendero estilo coyotero, al final agarrando camino lejos de la carretera sientes el Mindo del que te han hablado, las distintas especies de pájaros, sus flores su vegetación, desciendes y llegas al río Nambillo, cruzas muestras el ticket que pagaste en el pueblo y disfrutas del lugar: salto desde la peña 12 metros, su agua un poco fría, otro salto desde una roca en la mitad del río de tres y medio metros más toda la gente que llega, muchos de ellos extranjeros. Recuerdo aun cuando tenían una casa de madera donde te daban comida y unos lugares para acampar, ahora tienes un principio de una casa de hormigón. Triste.

Regresas por donde debiste haber entrado y te enfrentas a unas cuestas que fortalecen tus piernas y te hacen olvidar el frío, sino pregunten a la gente que me siguió, subida por bajada es la ruta, porque en la cima justo en frente, detrás del kiosko que vende algo de comida esta el Mindo Garden por donde bajas ahí tu habilidad de primate se pone en juego, quizá al principio es difícil pero cuestión de acostumbrarse, llegas hasta el río Nambillo, donde te encuentras con una tarabita que debes cruzar cuesta un dólar, claro que incluye el uso del sendero, bueno este problema de las haciendas por esta parte se hace chocante, sales y por el camino llegas al mariposario, puedes entrar y disfrutar de la variedad o frente a el te integras en el rafting criollo (boying, tubbing o como sea), bajas en tubos de neumáticos por el río, es divertido pero dicen que mejora en invierno cuando el río crece. Llegas al pueblo donde te espera la comida, que es barata y buena, tres dólares por almuerzo contundente.

Ha pasado buen tiempo desde la primera vez que visite este lugar redescubrir la ruta me fue grato y solo lo comparo con el placer de sentir la confianza puesta sobre mis hombros, el Mindo de hace un par de años en cambio esta dando paso a una sobreexplotación, recuerdo la misma ruta pero variandola en el tiempo, distinto es la palabra que me viene, ahí te preguntas ¿Para quien es bueno el turismo masificado?. “la naturaleza es tan sabia que se aleja de las ciudades como dicen”.