jueves, octubre 27, 2005

M i n d o, pequeño pero grande

Octubre es un mes como pocos, lluvias en el clima ecuatorial, abruptos y sincopes, inicio de clases régimen sierra, de seguro lo percibimos como por – venir, genial mes de cualquier modo para iniciar una propuesta, una de ellas fue a la que accedí encaminando un grupo de gente hacia Mindo, un pueblito ecológico y muy por hoy dedicado al turismo, buena forma de celebrarme la vida.

Fueron dos las ocasiones, sábado 15 y domingo 23, el primero un grupo de 10 personas, fácil, accesible, manejable, el segundo 27 mas un medio futuro de la patria, se complica. El clima ecuatoriano tiene alma de mujer definitivamente, cuando quiere brilla y de que forma. Al llegar te recomiendo comprar los tickets en el centro de información: 3usd para la cascada de Nambillo, e inicias desde el parque central, caminas aproximadamente una hora y media o halas dedo para hacerlo corto y llegas al Santuario de las Cascadas, en este lugar esta una tarabita que cuesta 5usd. un poco de polémica surge por no saber si subirte o seguir, a eso sumale las explicaciones y problemas entre haciendas, es una lastima ver esto, te recomiendo avanzar, es más si eres audaz puedes encaminarte, estilo ilegal, te saltas el alambre de púas y corres, con cuidado de que no te cachen, por la hacienda, en este punto debes saber la ruta y el sendero estilo coyotero, al final agarrando camino lejos de la carretera sientes el Mindo del que te han hablado, las distintas especies de pájaros, sus flores su vegetación, desciendes y llegas al río Nambillo, cruzas muestras el ticket que pagaste en el pueblo y disfrutas del lugar: salto desde la peña 12 metros, su agua un poco fría, otro salto desde una roca en la mitad del río de tres y medio metros más toda la gente que llega, muchos de ellos extranjeros. Recuerdo aun cuando tenían una casa de madera donde te daban comida y unos lugares para acampar, ahora tienes un principio de una casa de hormigón. Triste.

Regresas por donde debiste haber entrado y te enfrentas a unas cuestas que fortalecen tus piernas y te hacen olvidar el frío, sino pregunten a la gente que me siguió, subida por bajada es la ruta, porque en la cima justo en frente, detrás del kiosko que vende algo de comida esta el Mindo Garden por donde bajas ahí tu habilidad de primate se pone en juego, quizá al principio es difícil pero cuestión de acostumbrarse, llegas hasta el río Nambillo, donde te encuentras con una tarabita que debes cruzar cuesta un dólar, claro que incluye el uso del sendero, bueno este problema de las haciendas por esta parte se hace chocante, sales y por el camino llegas al mariposario, puedes entrar y disfrutar de la variedad o frente a el te integras en el rafting criollo (boying, tubbing o como sea), bajas en tubos de neumáticos por el río, es divertido pero dicen que mejora en invierno cuando el río crece. Llegas al pueblo donde te espera la comida, que es barata y buena, tres dólares por almuerzo contundente.

Ha pasado buen tiempo desde la primera vez que visite este lugar redescubrir la ruta me fue grato y solo lo comparo con el placer de sentir la confianza puesta sobre mis hombros, el Mindo de hace un par de años en cambio esta dando paso a una sobreexplotación, recuerdo la misma ruta pero variandola en el tiempo, distinto es la palabra que me viene, ahí te preguntas ¿Para quien es bueno el turismo masificado?. “la naturaleza es tan sabia que se aleja de las ciudades como dicen”.