sábado, agosto 27, 2011


Ruta de las Iglesias: 
"10 Kilómetros no es nada..."



















O es mucho, como siempre depende del cristal con que se mire.  La genial idea que tuvieron hace poco mas de 7 años se ha ido consolidando y esta llegando a ser, hoy por hoy, otro de los grandes atractivos del Quito en verano.  Es que recorrer esas calles plagadas de historia, con el ambiente bohemio que marca el frío y el centro histórico mas bello de Sudamerica, en una jornada de fiesta deportiva viene siendo una cuestión de obsequio a tu espiritu citadino.
Comienza a las ocho, cuando la noche esta ya entrada en el horizonte, son como 6000 inscritos mas un contingente de colados, "me incluyo lo se", es que las inscripciones se acaban demasiado pronto, sin embargo la idea de participar, de este modo clandestino, había estado rondando, disculpas a los participantes por ajustar un poco mas la ruta. 
En la Santiago y América cerca del Hospital del Seguro y de la Universidad Central esta el punto de partida.  LLegar no es inconveniente esta vez, lo que si es un problema es mi escasa preparación, apenas baloncesto dominical y miércoles de semitrote por la Carolina que ponen en duda mi desempeño.  El frío impone su presencia en los atuendos deportivos, así que el calentamiento debe cumplir su cometido.  Mucha gente de diferentes rincones del mundo hacen acto de presencia y saludo con los que están a mi alrededor, no sin antes compartir experiencias y buenos deseos. Después del Himno a Quito, "Oh ciudad española en el Ande . . ." se escucha un griterio; por las pantallas gigantes se puede ver que la gente comienza a avanzar, marco mi cronómetro al pasar por la alfombra en el arco de inicio y empiezo la aventura.
La particular geografía del centro histórico hace que la ruta tenga muchos desniveles, algunas con una inclinación prominente como por la calle Mejía o por la Manabí, la gente se ha despertado y sale a motivarnos, el grito de Viva Quito! es recurrente y un singular apoyo, las bandas de pueblo tocan sus acordes que seguramente levantan la complicidad de la noche y las leyendas que se allán por estas estrechas calzadas, quien sabe si el Cantuña junto al Chulla Romero y Flores acompañados del Caspicara con el Padre Almeida se reunen para tomar un canelazo y contemplar como ha cambiado Quito y sus quiteños, seguramente dirán: "Difícil está reconocer quien es chagra y quien no ..." .